Prosze niech ktoś przetłumaczy ten artykuł...
De Chiquititas a Resistiré, pasando por Mujeres asesinas. Desde los 12 años que protagoniza éxitos en TV. Hace casi dos tuvo un hijo, hizo un parate y decidió barajar y dar de nuevo. Retrato de una artista.
La sencillez es un patrimonio preciado entre los consagrados. Y aunque a Celeste Cid le reste transitar ese exclusivo camino, el primer paso lo tiene dado. Estoicamente, sorteará los flashes de una producción abatida por el invierno. Hará muecas, transitará la dulzura y hasta coqueteará con la seducción. Y saldrá airosa de cada toma, ufanándose de esas facciones que aparentan esculpidas con suma dedicación.
¿Dónde quedó esa chica misteriosa, oscura y exótica que algunos describen? ¿Prejuicio o realidad? “Prejuicio, y eso me molesta. O cuando me cuestionan si quemé etapas… ¡Qué sé yo, no tuve otra vida para saberlo! Nadie mira a los ojos, es como que te rotulan y ya. Soy simple, sin espamentos, la gente quiera que le diga ‘me tiré por el balcón’… y no”.
Desterrado el mito, Celeste ríe y deja a entrever esa sonrisa de marfil. Se la siente escribiendo un gran capítulo de su vida. Después de irrumpir en la pantalla chica con Chiquititas, moldeó su talento en numerosas tiras televisivas, se le animó al teatro y hasta publicó un libro. Sin embargo, cuando hablamos de “el” momento nos referimos al papel de madre que hoy le toca interpretar. Todo cambió hace un año y nueve meses cuando concibió –junto a su pareja, el músico Emmanuel Horvilleur– a André. A partir de entonces, la actuación la tiene como un outsider, y su carrera aparenta haber cobrado nuevos aires. Se lo preguntamos y ella respira… y asiente.
“Es una elección, pero no relacionada con cambiar mi rumbo profesional, sino con algo personal. Estoy en el medio hace ocho años, y no es lo mismo ser dos que tres. Ahora me replanteo qué elijo”. Y prosigue: “Voy acorde con lo que me pasa. Involucrarme con una tira significa un año de mi vida a full y también tenés que volver a tu casa, ocuparte… Podría delegar, pero no estoy tranquila, tal vez es autosuficiencia”.
–A eso responden tus participaciones en unitarios como Mujeres Asesinas. ¿A eso se deberá el encontrarte en otros ámbitos?
–Lo relaciono con lo experimental. La TV es un terreno que ya conozco, sé sus tiempos, cómo se trabaja. Seguir sería estancarme y tengo ganas de otras cosas. De hecho, apenas tuve a mi hijo, hice un libro (NdR: Hiel incluye fotos, poesías y recuerdos de Celeste). Me bajó como una información repentina; fue fuerte y espontáneo porque lo hice en dos meses. Podría haberme tomado más tiempo, ser más selectiva, pero fue parte de un proceso.
–¿Cómo fue su génesis?
–Tenía manuscritos de hace cuatro, tres, dos años. El libro empieza así: “Ese que no se ve, aun cuando se siente, no tiene palabras, sin embargo existe”. ¡No dice nada quizás! (risas)… Nació de un viaje que hice al enterarme de que estaba embarazada. Tomé mi libretita y un libro de Alejandra Pizarnik. Terminé de leer una de sus páginas y me fui a dormir. Me desperté en el medio de la noche, escribí eso y seguí durmiendo.