Un edificio de mi colegio era muy grande e impresionante. En el interior había muchas aulas como una aula de inglés, de música, de alemán, de arte. Además había una sala de gimnasia con un vestuario, una cantina donde servían una comida rica, una tienda para alumnus. En el pasillo había unos bancos y podíamos sentarnos y descansar después de una clase de educación física. Me gustaba pasear por los pasillos porque en las paredes había maravillosos cuadros pintados por los alumnus. Detrás del edificio había una piscina y una cancha escolar donde solían organizar unos campeonatos.
En cuanto a los profesores me gustó mucho la profesora de inglés. Era muy joven, paciente y amable. Las clases eran interesantes y variadas. Solíamos cantar en inglés, jugar a las cartas y ver las fábulas. No me gustó nada el professor de música. Era muy riguroso, gritaba a unos alumnus y daba unas malas notas.
Me encantaba pasar unos recreos con mis mejores amigas Ana y Kasia. Eran muy divertidas. Juntas gastabamos unas bromas a los profesores, hacíamos novillos y nos divertíamos en las discotecas. Un día tomamos un sapo para la clase de biología porque no queríamos tener un examen. Fue una idea maravillosa. Toda la clase se estaba riendo. Fueron los mejores años de mi vida.