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Los Catalanes encontró su identidad en la historia. Durante los primeros siglos de la Reconquista, los francos expulsó a los musulmanes al sur de los Pirineos. Para evitar incursiones futuras, Santo Emperador Romano Carlomagno creó la Marca Hispánica en 790 d.C , que consistía en una serie de pequeños reinos que sirven como estados mediadores entre el reino franco y Al-Andalus. Entre 878 y 988 d.C , el área se convirtió en un centro del conflicto franco-musulmán. Sin embargo, como la monarquía franca y el Califato de Córdoba se debilitaron durante el siglo XI , el estancamiento resultante permitió un proceso de consolidación a lo largo de muchos condados de la región, lo que resulta en su combinación en el condado de Barcelona, que se convirtió en el embrión de Cataluña de hoy. Por 1070, Ramón Berenguer I, conde de Barcelona, había subordinado otros condes catalanes y nobles intransigentes como vasallos. Su acción trajo paz a un sistema feudal turbulenta y sembró las semillas de la identidad catalán .
Según varios estudiosos, el término "catalán" y "Cataluña" surgió cerca del final del siglo XI y apareció en los Usatges de 1150. Dos factores fomentado esta identidad: instituciones estables y prosperidad cultural. Si bien la falta temporal de las invasiones extranjeras contribuyó a la estabilidad de Cataluña, que no era una de las principales causas. Más bien, proporciona una zona para el desarrollo socio-político. Por ejemplo, después de que el condado de Barcelona se fusionó con el Reino de Aragón, para crear la Corona de Aragón en 1137 a través de una unión dinástica, el sistema fue diseñado para comprobar mutuamente ambos poderes del rey y de la nobleza. En 1150, el Rey aprobó una serie de pactos, llamado el Usatges, que reconoce explícitamente la igualdad jurídica entre los burgueses y nobleza. Además, la pequeña nobleza aragonesa estableció las Corts , un órgano representativo de los nobles, obispos y abades que contrapesada de la autoridad del rey. Al finales del siglo XIII , el monarca necesitaba el consentimiento de las Cortes para aprobar leyes o cobrar los ingresos. Poco después, las Cortes eligieron un órgano permanente denominada Diputación del General o la Generalitat, que incluía la creciente burguesía. Las primeras constituciones catalanas fueron promulgadas por el Corts de Barcelona en 1283, siguiendo la tradición romana del Códice . En el siglo XIII, el rey Jaime I de Aragón conquistó la de las Islas Baleares y Valencia. Conquistas posteriores ampliaron en el Mediterráneo, llegando a Cerdeña, Córcega, Sicilia, Nápoles y Grecia, así que por 1350 la Corona de Aragón presidió uno de los más extensos y poderosos imperios mercantiles del Mediterráneo durante este período. El éxito económico de Cataluña formó una clase mercantil poderosa, que ejercía las Corts como arma política. A través de los siglos XIII y XIV, estos comerciantes devengados de riqueza y poder político que fueron capaces de colocar una marca significativa en el poder de la corona aragonesa. En el siglo XV el monarca aragonés no se consideró legítimo hasta que él había jurado respetar la ley básica de la tierra en la presencia de las Corts. Este equilibrio de poder es un ejemplo clásico de pactismo o contractualismo, que parece ser una característica definitoria de la cultura política catalán Junto con el éxito político y económico, la cultura catalán floreció en los siglos XIII y XIV. Durante este período, el catalán vernácula gradualmente reemplazado latín como lengua de la cultura y el gobierno. Los estudiosos reescribieron todo, desde la antigua ley visigoda sermones religiosos en catalán . Ciudadanos ricos reforzadas recurso literario del catalán a través de concursos de poesía y concursos de historia apodados los Jocs Florals , o "Juegos Florales". A medida que el reino se expandió sureste en Valencia y el Mediterráneo, el catalán estaba siguiendo. Después de un ataque de hambre y la peste que golpeó Cataluña en la mitad del siglo XIV , la población se redujo de 500.000 a 200.000 . Esto exacerbó las tensiones feudales, lo que desató las revueltas de siervos en las zonas rurales y los impasses políticos en Barcelona. Cuestiones financieras y la carga de múltiples dependencias extranjero tensas aún más la región. En 1410, el rey murió sin dejar un heredero al trono. Al no encontrar alternativa legítima, los líderes de los reinos que componen la Corona de Aragón acordaron mediante el Compromiso de Caspe que el trono debe ir al castellano Fernando I, ya que fue uno de los parientes más cercanos de la Casa recientemente extinguido de Barcelona a través de un línea materna. La nueva dinastía comenzó a afirmar la autoridad de la Corona, lo que lleva a una percepción entre la nobleza que sus privilegios tradicionales asociados a su posición en la sociedad estaban en riesgo. De 1458 a 1479, las guerras civiles entre el rey Juan II y caciques locales engullidos Cataluña.
Durante el conflicto, Juan II, se casó con Isabel I de Castilla, tuvo su heredero al trono castellano, intentando encontrar aliados externos. Su unión dinástica, que llegó a ser conocido como los Reyes Católicos, marcó la unificación de facto del Reino de España. En ese momento, sin embargo, de jure, tanto la Junta de Castilla y la Corona de Aragón se mantuvieron territorios distintos, cada uno manteniendo sus propias instituciones tradicionales, los parlamentos y las leyes. Esta era una práctica común en esta época en Europa Occidental como el concepto de la soberanía residía en el monarca. Con el amanecer de la era de los descubrimientos , liderado por los portugueses, la importancia de las posesiones aragonesas en el Mediterráneo quedó reducido drásticamente y junto con el aumento de los piratas berberiscos anteriores a comercio en el Mediterráneo, el teatro de la potencia europea se desplazó de la cuenca mediterránea hasta el Océano Atlántico. Estas restricciones políticas y económicas afectaron a todos los segmentos de la sociedad. También, debido a los conflictos sociales criados localmente, Cataluña desperdició en un siglo la mayor parte de lo que había ganado en los derechos políticos entre 1070 y 1410 . Sin embargo, los avances políticos, económicos y culturales tempranas dieron Cataluña un modo de organización y la conciencia de su propia identidad que podría de alguna manera ser descrito como nacional, aunque la idea de la soberanía popular o nacional aún no existía. Un conjunto de fuerzas políticas y culturales sentó las bases del catalán identidad "nacional". El Corts y el resto de la organización jurídica y política autóctona fueron finalmente terminadas en 1716 , como resultado de la Guerra de Sucesión Española. La población local tomó su mayoría lados y proporcionó tropas y recursos para el archiduque Carlos, pretendiente, que se esperaba podría decirse que para mantener el ‘’status quo’’ legal. Su derrota total significó la interrupción legal y política de los parlamentos autonómicos en la Corona de Aragón, que se aprobaron los decretos de Nueva Planta y el rey Felipe V de España de la nueva Casa de Borbón sellaron la transformación de España de un reino unificado de facto en un estado centralizado de jure.